Influencia cultural en los trastornos mentales.
De raros; extraños; extravagantes; originales;
absurdos; asombrosos; sorprendentes; maravillosos; inauditos;
anormales; inconcebibles; increíbles; infrecuentes; excepcionales; curiosos;
inusitados o inusuales pueden calificarse algunos de los fenómenos que nos
encontramos en las llamadas ( sólo por analogía) “enfermedades mentales”.
Resulta que cada cultura tiene su particular manera de enfermar o de
trastornarse y, por supuesto, su idiosincrático remedio. La sociedad occidental
nos dice “estate sano pero si enfermas “mentalmente” debes padecer alguna de
las enfermedades que cataloga el DSM V”; sin embargo; los estudiantes de África
Occidental padecen “niebla cerebral”, que les entorpece el pensamiento. Los
esquimales sufren de “histeria ártica”, una especie de estado de pánico en la
cual las víctimas se desprenden de sus ropas y corren desnudos en el frío hasta
caer en coma. Los habitantes de las islas Wellesey en Australia sufren de
ataques de pánico ulcerosos conocidos como Malgri si se sumergen en el mar sin
haberse lavado las manos de restos de alimentos que se han producido en tierra.
Los malayos son presa de una furia asesina —el amok— tan terrible que el nombre
ha llegado a occidente y se emplea para describir los estados psicóticos en los
que caen por ejemplo los desequilibrados que cometen masacres en escuelas o
hamburgueserías. La anorexia y la bulimia son patologías casi exclusivas de la
sociedad occidental. El koro es una enfermedad mental frecuente en China. Quien
la padece cree ver reducido el tamaño de su pene. Una vez que la víctima está
poseída es presa del pánico e intenta por todos los medios volver a recuperar
el tamaño de su órgano genital. Los familiares ayudan con acupuntura, así como
colgando pesos y contrapesos. Muchos pacientes de koro se mutilan de la peor
manera posible y lo hacen dentro de un estado de pánico mortal, porque según la
creencia china, quien padece koro muere inmediatamente. Existen muchas manera
de evitar el koro: no adelantar a una tortuga, no comer ciertos tipos de carne
… pero la más segura es no ser chino, malayo o tailandés porque el koro sólo
ataca a hombres del sudeste asiático.
La niebla cerebral, la histeria ártica, el malgri, el amok, el koro y otros
trastornos de nuestra tradición cultural como la chochera, la desazón, el
desquicie, el mal de amores; el andancio, la calentura, el torzón, el
pampurrio, los nervios, el mal aire, el tocado de ala, la morriña, el
lunático.... no aparecerán nunca en los manuales, pero tienen la misma validez
diagnóstica que las etiquetas de los manuales en boga.
El hecho de haber nacido y vivir en una determinada sociedad supone participar
de sus ritos, ceremonias y creencias sobre la salud, la enfermedad, la muerte,
el más allá y el más acá; y de un estilo de resolver los problemas de la vida
cotidiana.
En fin, da la impresión de que cuando en la mano sólo tenemos un martillo,
todos los problemas se vuelven clavos.