el cazurro ilustrado

13 julio 2010

Victoria, celebración y fortuna de "La Roja".

A propósito de la victoria de España en el campeonato mundial de fútbol, es conveniente mirar atrás para ver como la fortuna hace ordinariamente incomprensibles mudanzas. Hemos visto muchas veces quedar vencido al más valiente. Aunque Aquiles venció a Héctor, muchos autores han juzgado que Héctor era más fuerte. Muchas veces suele un cobarde vencer al esforzado y así Paris mató a Aquiles.

Bueno fue que los antiguos españoles tuviesen guerra contra los romanos aunque la perdieran, porque tuvieron la ocasión de mostrar su esfuerzo y valor y si no hubiera sido así, no habríamos conocido a Viriato. De la misma manera que la destrucción de Troya no quitó fama a Héctor, tampoco se la quitó a los españoles el ser vencidos por los romanos y en la pérdida de sus tierras lucieron los españoles gran valor, ya que en los muchos años que duró la guerra resistieron fuertemente y se vio la gran diferencia que había entre los españoles y otras naciones, las cuales en poco tiempo se rendían a los romanos. Toca estos días celebrar la victoria, tratados como héroes, agasajados como semidioses, ensalzados como titanes, adorados como ídolos y pagados como si nos hubieran salvado la vida, los futbolistas en las tribunas parece como si llegaran a Roma tras la conquista de las Galias. Pero, al igual que Solón, debemos saber que la vida ( y el fútbol) está sujeta a tan diversas fortunas que no debemos jactarnos con los triunfos presentes, ni admirar una felicidad que va a tener mudanza con el tiempo, porque el porvenir es variado e incierto. La felicidad de los vivos está sujeta a riesgos y es insegura y falible, como el parabien y la corona del que está todavía peleando.