Fabricar fideos.
En el periodo que va de
A pesar de estas circunstancias en este periodo, la mortalidad infantil se redujo en un 40%, la esperanza de vida pasó de de
Surgió entonces en la montaña un nuevo negocio que da muestras de que, en ocasiones, el hambre agudiza el ingenio: la fabricación de fideos a domicilio. Senen, Cascorro y Maraña iban de pueblo en pueblo los domingos y fiestas de guardar ofreciendo este servicio, ya que se consideraba un lujo comer sopa de fideos. El cliente aportaba el harina y este trío de “empresarios” elaboraba la masa manualmente en una artesa que introducía luego en un artefacto que terminaba en una plancha agujereada, intercambiable en función del grosor deseado del fideo; recogían los fideos enrollándolos en una vara de avellano y los ventilaban con un cartón a modo de abanico para que enfriaran rápidamente y evitar así que se juntaran y volvieran a formar la masa de la que prodecían. Cobraban tres pesetas por cada kilo de fideo elaborado, libres de impuestos, sin IVA ni ningún otro tipo de aranceles. Llegaron a ser tan populares que la gente decía: “Senen, Cascorro y Maraña no pagan contribución, pero dan producto a España”.
Así pues, en época de crisis, no faltarán oportunidades para aquellos que encuentren una nueva fábrica de pasta.
Me lo contó Isaías, en Valdepiélago, mientras sembrábamos patatas con la ayuda de Antonio el de Ranedo.