el cazurro ilustrado

26 marzo 2009

Topillos y cabrones.

Pone mi amigo y periodista de “La crónica de león” en boca de un pastor de estas montañas el dicho: “esta tierra sólo da topillos y cabrones”. A lo largo de los años 2006 y 2007 era tal suabundancia que desde las organizaciones agrarias se reclamaron soluciones para terminar con ellos y la administración regional tomó las medidas que consideró más oportunas para extinguir las plagas. Al menos la presencia de los roedores fue disminuyendo hasta niveles que se consideran “normales”, lo que propició que creyéramos en la eficacia de la Consejería de Agricultura y Ganadería; ahora resulta que un estudio realizado por PEDRO P. OLEA, INÉS S. SÁNCHEZ-BARBUDO, JAVIER VIÑUELA, ISABEL BARJA, PATRICIA MATEO-TOMÁS, ANA PIÑEIRO, RAFAEL MATEO and FRANCISCO J. PURROY, titulado “Lack of scientific evidence and precautionary principle in massive release of rodenticides threatens biodiversity: old lessons need new reflections” viene a decir que “la desaparición de la plaga de topillos Microtus arvalis ocurrió similarmente tanto en áreas tratadas con clorofacinona como en áreas no tratadas. Por tanto, la aplicación de rodenticida fue innecesaria, algo que ya se sabe desde hace décadas en otros países: es decir, que el veneno no acaba con la plaga, sino que ésta se colapsa de forma natural”. Replican las organizaciones agrarias y la administración que los datos de estudio no son ciertos, por no decir que son falsos. Aseguran los autores del estudio que en los años 2010 y 2011 las plagas se repetirán. Esto demuestra la certeza de la afirmación del pastor y, probablemente la veracidad de los testimonios , tanto de la
Consejería de Agricultura y Ganadería, como de los investigadores “independientes” lo que nos permite completar la frase del pastor:”……aunque se tomen medidas para acabar con ellos, los efectos serán paliativos; llegará un tiempo en el que las plagas se colapsen de forma natural, para resurgir con más fuerza a la vuelta de dos años”

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