el cazurro ilustrado

28 febrero 2009

Orientación, antiguedad y posmodernidad.

El neo conservadurismo ha hecho buenas migas con el postmodernismo y de esta interacción entre ambos se ha derivado la regla que no hay en este mundo cosa más cierta que todas las cosas son inciertas. Aplicando, pues, esta regla a la tarea de orientar a padres y alumnos, puede ser gran temeridad, aconsejar a nadie que profundice en las ciencias, se de a las letras, entre en el ejército, se haga sacerdote ahora que de nuevo España es tierra de Misión, aprenda tal o cual oficio o se meta en política; porque nadie se ha de atar a lo que otro le dice, sino mirar la inclinación que tiene.
Licurgo, entre las leyes que dio a los lacedemonios, estableció que los padres ofreciesen a sus hijos un oficio una vez cumplidos los catorce años, no el que ellos quisiesen, sino aquellos a que los hijos se inclinasen. Después que uno hubiese elegido manera de vivir, podía su amigo avisarle cómo se había de gobernar en ella; porque podía ocurrir que acertara en el oficio que eligiera y después errara en todo lo que en él hiciera.
Así pues, hay una distancia considerable entre lo que podemos aconsejar a un alumno y lo que a él le conviene hacer y si sigue nuestros consejos y se equivoca, se quejará más de lo que entonces le aconsejamos que no de lo que después padezca.

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