Las primeras veces....
Corría el año 1994, tenía 34 años y ya llevaba tiempo tonteando (desde 1987). Me encerraba en una habitación con ellas y pasábamos muchas horas conociéndonos. Aquel año (94) se me ocurrió, casi por azar, añadir un ingrediente, que a la larga resultó ser explosivo, a nuestras interacciones. Era metálico, negro e iba a 14.000 bps. A partir de entonces éramos tres en la relación: ella, el artilugio y yo. La primera se llamaba BBS y si bien no era muy atractiva, tenía el valor añadido de ser la primera que me sacaba del cuarto en el que había permanecido encerrado y me ponía en contacto con un mundo desconocido para mí; además, me permitió acceder a contenidos ignorados por la mayoría de la población y me enseñó las inexplicables emociones que se sienten en las primeras comunicaciones textuales que terminaban con la orgiástica bajada de múltiples y diversos programas. Ya perdida la virginidad, decidí contratar servicios profesionales (costaban 5300 pesetas al mes) y cada vez que requerías su uso, el costo por minuto era el de una llamada telefónica interprovincial a Madrid, hasta que llegó “infovia” y abarató los servicios. Recuerdo aquel cielo nocturno estrellado al que atravesaba de vez en cuando una estrella fugaz, indicando que la conexión funcionaba; fue mi primer navegador, el netscape. Usé como buscador a yahoo, al que luego siguieron altavista y alltheweb hasta llegar al popular google.
Sin tener en cuenta los consejos que dan los expertos: elegir bien, usar protección, ir despacio, no hacerlo con desconocidos….me interné en la orgía de la información y fui adquiriendo ciertas habilidades a base de mucho ensayo-error, ensayo-éxito. Chateé con desconocidas, desnudé páginas y páginas, traje a casa precisas y preciosas informaciones, descargué miles de programas, bajé muchísimas películas de alto valor funcional, accedí a los clásicos gratuitamente y realicé mi blog.
Mirando hacia atrás, recuerdo con cierto resabio el alto costo de aquellas primeras relaciones con las TICS y comprendo perfectamente que las TICS y el software son como el sexo: se disfrutan más y mejor si son gratis.
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