el cazurro ilustrado

08 abril 2008

VIII feria de la Formación Profesional.


El viceconsejero de Educación de la Junta de Castilla y León, D. Fernando Sánchez-Pascuala Neira, inauguró hoy la VIII Muestra de Formación profesional de León. En ella, los estudiantes pueden ver en directo la oferta formativa de nuestra provincia y recabar la información conveniente para la toma de decisiones, en cuanto a su futuro laboral.
Lejos quedan los tiempos en que un hombre sabía muchos oficios, como aquel filósofo tebano que acudió a una olimpiada griega y todo lo que traía consigo lo había hecho con sus propias manos: había hecho los zapatos; había cosido el sayo; había tejido la camisa ; había escrito los libros; y así en todo lo demás. Asombrados los que le vieron con tan grandes habilidades, le preguntaron dónde había aprendido tantas cosas.
Respondió: “La pereza de los hombres ha causado que un arte se divida en muchas artes”.
Licurgo, legislador de los lacedemonios, ordenó que los padres pusieran a sus hijos, cumplidos los catorce años, a trabajar en un oficio; no en el que ellos quisieran, sino en aquéllos por los que se inclinaran. Porque entendía que después de que alguien eligiera la forma de vida, se le podía aconsejar cómo conducirse en ella; ya que puede ocurrir que alguien acierte en la profesión que elija y después se equivoque en todo lo que en ella hace. Fueron las sociedades evolucionando y preocupándose de la formación especializada de sus miembros; así, los romanos no dejaban que ningún niño de diez años cumplidos anduviese vagabundo por las calles. Tenían la costumbre de darles de mamar hasta los dos años, dejarles disfrutar hasta los cuatro; les iniciaban en la lectura de cuatro a seis y en la escritura de seis a ocho; de ocho a diez años les obligaban a estudiar gramática. Después de los diez años debían los chicos romanos aprender un oficio, dedicarse plenamente a los estudios o servir en el ejército, de tal manera que en Roma nadie a estas edades andaba ocioso ni hacía ninguna travesura.
Hoy día los departamentos de Orientación y los tutores nos dedicamos a asesorar a nuestros alumnos sobre las opciones al acabar cada etapa educativa, pero aunque loable es aconsejar y orientar a alguien para que elija una forma de vivir; arriesgado puede ser señalarle el oficio que ha de estudiar; porque como decían los clásicos, al que se inclina a coger la espada, muy mal le sienta la estola; al que gusta la llave inglesa, en balde le enseñaremos a afilar navajas; al que se le da bien arar, ingenuo es obligarle a pintar. Y así con todos los estudios y profesiones.
La respuesta más acertada para el futuro de los alumnos sería que estudiaran lo que les gusta y lo que se les da bien, poniendo todo el empeño en lo que hacen; además, han de saber que la sociedad posmoderna que les ha tocado vivir, les exigirá una formación a lo largo de toda su vida y desempeñar muchos roles, no sucesiva, sino simultáneamente.




Etiquetas: