el cazurro ilustrado

26 marzo 2008

Soliloquios y locuras.


Si ves a un individuo que va cantando por la calle, deduces que o está contento o está espantando sus males; si deja de entonar sonidos melodiosos y se pone a emitir sonidos de habla, entonces concluyes que “algún tornillo le falta”. En ocasiones yerras porque simplemente está hablando a través de un teléfono móvil con “ manos libres”, o porque “está pensando en voz alta” o porque “pone de manifiesto sus comportamientos encubiertos”. Otra vía para la explicación de este fenómeno me la dio el otro día una amiga a la que sorprendí en un soliloquio: “no estoy hablando a solas; estoy sola, hablando”. Bertrand Russell decía que, cuando quería hablar con alguien inteligente, hablaba a solas. Pero parafraseando a Thomas Szasz cuando dijo “si hablas con dios estás rezando, si dios habla contigo, estás esquizofrénico”, podríamos resolver el asunto así: “ si hablas a solas, estás pensando en voz alta, si te contestas o te das la razón, estás loco”.