el cazurro ilustrado

02 abril 2008

Trabajo y descanso.


Amasis (568 a.C. - 526 a.C) llegó a Faraón sin saber muy bien cómo ni por qué, ya que anteriormente se había dedicado al pillaje y al robo. Una vez instalado en el trono, por las mañanas se dedicaba a los asuntos propios de su cargo y al mediodía cogía su copa de vino y pasaba el resto del día bebiendo, charlando con sus invitados, disfrutando con los bufones o diciendo chocotajadas. Estos comportamientos molestaron a los notables que le afearon tales conductas, impropias de quien regía los destinos de Egipto.
Amasis les contestó que los ballesteros sólo tensan el arco cuando tienen que disparar; una vez disparado lo sueltan y lo aflojan, pues si lo tuvieran siempre tenso, tal vez en la ocasión en la que lo necesitasen, se rompería y quedaría inservible. Cosa semejante ocurre con el hombre entregado continuamente a sus tareas, sin respirar ni disfrutar un rato; el día menos pensado se encuentra con la cabeza trastornada o con un ataque de apoplejía. Este principio gobernaba la conducta de Amasis, tomando alternativamente la fatiga y el descanso. Así pues, fue Amasis el primer funcionario público que entendió el horario laboral exactamente igual a como se entiende ahora.