Interpretación, éxito y fracaso.
Llevaban ya un tiempo en guerra los Escitas contra los persas, cuando se les ocurrió a los reyes de los Escitas enviar a Darío, rey de los persas, unos enigmáticos regalos: un pájaro, un ratón, una rana y cinco saetas. Los persas preguntaban al emisario sobre el significado, pero les respondió que le habían ordenado regresar rápidamente y que bien sabrían ellos, si eran tan sabios como presumían, descifrar el significado de los regalos.
El parecer del rey Darío era que los Escitas con aquellos dones se rendían a su soberanía, entregándose a sí mismos, entregándole la tierra y entregándole el agua; porque el ratón, decía, es un animal que se cría en tierra y se alimenta de los mismos frutos que el hombre, porque la rana se cría y vive en el agua, porque el pájaro es muy parecido al caballo, y en fin, porque entregando las saetas venían ellos a entregarle toda su fuerza y poder. Pero Gobrias, uno de sus asesores, dio un parecer del todo diferente al de Darío, pues conjeturó que con aquellos presentes querían decirles los Escitas: si vosotros, persas, no os vais de aquí volando como pájaros, o no os metéis bajo de tierra hechos unos ratones, o de un salto no os echáis, en las lagunas convertidos en ranas, no os será posible volver atrás, sino que todos quedareis aquí traspasados con estas saetas.
En las batallas cotidianas nos encontramos con aves, ratas, sapos y cuchillos e imaginamos o presentimos la victoria o la derrota en función de contingencias que están al margen de cualquier indicio racional, pero, como norma general, es más probable el éxito si las interpretamos como el rey Darío y no como el asesor Gobrias, aunque el éxito o el fracaso dependan más de lo que hacemos que no de lo que sospechamos .
El parecer del rey Darío era que los Escitas con aquellos dones se rendían a su soberanía, entregándose a sí mismos, entregándole la tierra y entregándole el agua; porque el ratón, decía, es un animal que se cría en tierra y se alimenta de los mismos frutos que el hombre, porque la rana se cría y vive en el agua, porque el pájaro es muy parecido al caballo, y en fin, porque entregando las saetas venían ellos a entregarle toda su fuerza y poder. Pero Gobrias, uno de sus asesores, dio un parecer del todo diferente al de Darío, pues conjeturó que con aquellos presentes querían decirles los Escitas: si vosotros, persas, no os vais de aquí volando como pájaros, o no os metéis bajo de tierra hechos unos ratones, o de un salto no os echáis, en las lagunas convertidos en ranas, no os será posible volver atrás, sino que todos quedareis aquí traspasados con estas saetas.
En las batallas cotidianas nos encontramos con aves, ratas, sapos y cuchillos e imaginamos o presentimos la victoria o la derrota en función de contingencias que están al margen de cualquier indicio racional, pero, como norma general, es más probable el éxito si las interpretamos como el rey Darío y no como el asesor Gobrias, aunque el éxito o el fracaso dependan más de lo que hacemos que no de lo que sospechamos .