el cazurro ilustrado

29 julio 2006

Julio LLamazares.


Ayer estuve con mi amigo Julio Llamazares , el escritor leonés que pasa los veranos en La Mata de la Bérbula, al lado de Valdepiélago. Autor de “La lentitud de los bueyes” y “Memoria de la nieve, dos libros de poesía que os recomiendo; ha publicado también “Luna de lobos, “La lluvia amarilla”, “Escenas de cine mudo”, “El rio de olvido”, Tras-os-montes”, “Cuaderno del Duero”, El entierro de Genarín”, “ Los viajeros de Madrid”, “En Babia”, “ Nadie escucha” y “El cielo de Madrid”, así como numerosos artículos periodísticos.
Su poesía es toda una premonición de lo que le ocurre al montañés:
De vez en vez, la tristeza.
No esa tristeza dulce y húmeda que empaña los cristales en las tardes de invierno.
Me refiero a la tristeza que amarga en la lengua. Hablo de la tristeza que madura lentamente en el panal del corazón.
De pronto nos inunda como la luz de un farol negro.

Como el ladrón que nos aborda en un recodo del camino.
Amarga por lo antigua y por lo intensa.
Quema como resina vertida en el dolor.

Es la tristeza que queda como poso del olvido.
("La lentitud de los bueyes", Editorial Hiperión, 1985)