el cazurro ilustrado

02 mayo 2006

Saber (hacer) de todo.


Viendo el legado de las gentes de estos pueblos, es evidente que dominaban muchas artes. Hacían vigas, puertas, ventanas, mesas, escaños, mangos, utensilios de cocina y hasta carros y forcaos. De igual manera fabricaban cestos, madreñas, rastrillos o las propias herramientas para fabricarlos.
Transmitieron sistemáticamente las tecnologías que mejor garantizaban la supervivencia y las que presentaban un mayor valor adaptativo: los medios para lograr fines; la información acerca de cómo se hacía algo; el uso de herramientas, aparatos, máquinas, para producir instrumentos útiles; los modos de obtener energía de un sistema para aportar energía a otros sistemas y la domesticación de las tecnologías.
No hubo especialización gremial, por el contrario, todos eran expertos en todo. Cada uno sabía de aquellos oficios que necesitaba para sobrevivir y , por supuesto, tenía o pedía prestadas las herramientas necesarias para ejercitarlos.
En una Olimpiada griega se juntaron muchas gentes para ver sus juegos, vino un tebano que todo lo que traía consigo lo había hecho con sus propias manos: había hecho los zapatos; había cosido el sayo; había tejido la camisa ; había escrito los libros; y así en todo lo demás. Asombrados los que le vieron de tan grandes habilidades, le preguntaron dónde había aprendido tantas cosas. Respondió: «La pereza de los hombres ha causado que un arte se divida en muchas artes. Lo que ahora saben entre muchos antes estaba obligado a saberlo sólo uno.» Como en la montaña.