El gran teatro del mundo.
En el gran teatro del mundo, somos actores o actrices en busca de un personaje. Cuando lo encontramos hacemos una interpretación acorde con nuestros repertorios. Algunos cambian frecuentemente de papel y a otros les dura toda la vida. Unos lo bordan y a otros les ocurre como a aquel vecino de Cármenes, que se empeñó en participar en una obra de teatro, a pesar de su falta de recursos memorísticos. Convenció a todo el pueblo para que le dieran un papel secundario. Meses enteros estuvo estudiando el guión: “¡cielos, un cadáver!”. Sistemáticamente lo repitió miles de veces. En los ensayos le salía perfecto. Llegó el día del estreno; los nervios comenzaron a hacer un trabajo demoledor; aumentó la frecuencia cardiaca y respiratoria, las glándulas sudoríparas segregaron líquido en abundancia, los músculos estaban en tensión y el estómago producía ácido clorhídrico en demasía. Al fin, salió a escena y dijo: “¡coño, un muerto!”.