el cazurro ilustrado

29 enero 2006

Reciclado de basuras.



Más de la mitad de nuestra basura no es basura. Más de la mitad de lo que alegremente tiramos por ahí, en cualquier parte, podría perfectamente ser reutilizable.
Si se define la basura como aquello para lo que no se ha encontrado todavía un uso, hubo un tiempo en el que en la montaña desconocían la producción de basura y daban entonces un uso adecuado a lo que otros llaman desperdicios. Los excrementos de los animales fueron abono para fertilizar la tierra. Las ropas convertidas ya en harapos se convertían en espantapájaros para evitar daños en las cosechas. Los cacharros de cocina, inútiles ya para su fin, eran reciclados en comederos de gallinas y conejos. Las hojas de las guadañas gastadas se trocaron en cuchillos; los cuernos de las cabras en cachas de navajas; los neumáticos de las ruedas de los camiones en tarugos de las madreñas; los pantalones largos en pantalones cortos; la madera excedente en calor; las alambres sobrantes en cinchas para sujetar cancillas; las pieles en “mullidas”, “cornales” y sobeos; las mondas de las patatas en menú del cerdo; los animales muertos en cebos para atrapar alimañas; la paja en colchón; los huesos en alimento para perros y hasta el pelo largo trenzado de las muchachas se vendía a los hojalateros. No había desperdicios y si alguien desechaba algo, otro le encontraba utilidad inmediata. Un somier viejo, como puede verse en una de las fotos, se convierte en puerta semigiratoria, para acceder a un prado.
Si algo te sobra y vas a tirarlo en cualquier lugar, piensa antes lo que dijo el gran jefe indio Seatle de la tribu Suwamish. "cualquier cosa que acontezca a la tierra acontecerá también a sus hijos".