el cazurro ilustrado

31 diciembre 2005

Futuro y virtualidad real



Aunque el futuro nunca será adivinable, podemos intuir que gran parte de nuestro futuro depende de lo que hagamos cada día; como no creo que nuestras actividades estén totalmente determinadas por factores ajenos a nuestra voluntad, nuestro futuro siempre dependerá, en alguna medida, de lo que hayamos decidido hacer. Esta decisión vendrá, al menos en parte, condicionada por lo que hemos hecho o dejado de hacer en el pasado.
Sin embargo hay quien entiende el futuro como destino con dos concepciones vitales íntimamente relacionadas: El fatalismo y el desciframiento: Unos piensan que el futuro no se puede conocer, simplemente acontece, independientemente de la voluntad del ser humano. Estaría determinado por fuerzas que no podemos controlar y de las cuales no se puede escapar. Por tanto, no existe libertad, ni responsabilidad. Otros , en cambio, piensan que el futuro sí es descifrable y sí se pueden conocer las fuerzas ocultas que lo producen.
Independientemente del fatalismo y del desciframiento que con el nuevo año inundarán las previsiones de los chamanes posmodernos, es previsible que en los próximos años el gran desarrollo de las nuevas tecnologías venga marcado por la “realidad virtual”. Yo ya he puesto “manos a la obra” y me estoy familiarizando con ella, porque intuyo que es una de las tablas de salvación para los grandes discapacitados, con los que trabajo. Los primeros contactos han sido emocionantes, puesto que podemos someternos a múltiples entornos con inmersiones casi reales, sin que supongan ningún riesgo y sí toda la activación emocional que provocaría la situación real.
Feliz Nochevieja y dichoso Año Nuevo con inmersión en la realidad (virtual o no) y en la virtualidad (real o no).