El molino del agua

El agua que viene ya no moverá las ruedas de este molino. Agua pasada, con ayuda de las ruedas, hizo harina miles de cargas de trigo, centeno, cebada, corricasa y siruendo. Hoy, a la orilla del Curueño, lo esquilman la dejadez y el abandono.

Los cambios socioeconómicos que tienen lugar en la montaña relegan al olvido, al desuso o cuando menos, a un plano secundario; las prácticas, las costumbres, las conductas y los propósitos del montañés típico. Parece ser que las transformaciones contemporáneas intentan justificarse apelando a las demandas lógicas de la etapa en que vivimos, pero al mismo tiempo acarrean las consecuencias muy desfavorables que nos harán desaparecer como montañeses. Nadie ha calculado el riesgo de la asimilación de los modelos urbanos. Cuando se transforma al montañés, pero se sigue esperando de él lo mismo que antaño, se asume, al menos parcialmente, el nefasto paradigma que imponen el desarrollo y la civilización:"Sólo importa el beneficio económico y para alcanzarlo vale todo, aunque estemos matando a la gallina de los huevos de oro"