Cuando la depresión era acedia y la medicina religión.
“Muchas veces nos entristecemos y padecemos algún
asco a los preceptos, exhortaciones, consejos, oraciones y otras virtudes, y
esta tristeza es la que se llama acedia o pereza. Nace esta acedia del
demasiado apego a las cosas temporales y deleites de la vida presente, y del
miedo y horror que contemplamos en el camino de la bienaventuranza. Es pecado
mortal de su naturaleza la acedia, porque es contra la caridad propia; puede
ser venial cuando falta el lleno consentimiento, y cuando la materia es leve, v.
g. cuando el hombre se entristece, no del bien espiritual porque es espiritual,
sino es por razón de alguna circunstancia de lugar o tiempo, como el que siente
ayunar en día de fiesta, o decir Misa a las doce, u otro motivo accidental. Finalmente,
cuando la acedia es del bien espiritual absolutamente, y con lleno
consentimiento, siempre es pecado mortal.”
Diego de Torres Villarroel: “Tratados físicos, médicos y
morales, vida natural y católica”. Tomo IV. 1794