el cazurro ilustrado

14 octubre 2018

La paridera ha de tener lugar en la época del año que más convenga al ganadero.


“En un rebaño bien explotado, la paridera ha de tener lugar en la época del año que más convenga al ganadero, y además que las ovejas paran en el plazo más breve posible, para que se puedan descorderar casi todas las hembras de vientre u ordeño a la vez. En general conviene en esta comarca una paridera relativamente temprana (diciembre), especialmente cuando el ganadero cuente con provisión de alimentos o piensos para la invernía; y siendo la paridera consecuencia de la cubrición, deberán echarse los sementales a fines de junio para que las crías vengan a nacer en diciembre, y pueda comenzar a ordeñarse a últimos de enero o primeros de febrero. Para que el celo comience y la cubrición pueda realizarse en el período deseado por el ganadero, es preciso en primer lugar que las ovejas de vientre y los sementales estén sanos y bien nutridos en los meses de junio y julio, y si fuere necesario se provocará el celo en las hembras artificialmente, para lo cual la técnica veterinaria cuenta hoy ya con procedimientos modernos, como la inyección de estrógeno, o mejor aún, con la inyección de suero de sangre de yegua preñada. Si las ovejas de vientre no se hiciesen «altas» la mayoría, en la época que convenga, el ganadero puede recurrir al veterinario para la aplicación de estos procedimientos.”
Justino Pollos Herrera: “Como se  deba explotar un rebaño de ovejas” 1949.