Hasta siempre, Isabel.
Ayer murió, a los 87 años de edad, Isabel. Vecina de
Valdepiélago, cuando la conocí, hace 32
años; ya estaba viuda desde muy joven; ya
había sacado a sus dos hijos adelante,
sin ayuda, en tiempos bastante mas difíciles que los de ahora. Ya era la mejor
panadera. Excelente amasando el pan ,
nadie como ella haciendo la auténtica
torta de la montaña. Tenía una
conversación muy agradable y jamás,
por muy contrarias que fueran las circunstancias, le oí una mala palabra ni le vi un mal gesto. Tenía una memoria prodigiosa,
era capaz de recordar hasta los cumpleaños de todos los vecinos.
Paradigma de la mujer montañesa, fue trabajadora, abnegada, llevó el peso de la tareas domésticas,
el cuidado de los hijos, de la casa y de la panadería. De su boca siempre salieron sanos
y maduros consejos.
Ha sido un honor haberla conocido y solo nos queda el consuelo de que está descansando en paz. Mi más sentido pésame a toda su familia.