Clase dirigente/clase dirigida.
En agradecimiento a las múltiples y diversas felicitaciones
que recibí por mi cincuenta y dos cumpleaños, os contaré que si yo perteneciera a la clase dirigente o fuese
secuaz de Merkel o Rajoy y me
preguntaseis qué es ser “joven”, y qué es ser “viejo”; teniendo en
cuenta que el 29 de Septiembre de este año cumplí 52, es joven todo el que
tenga menos de 52 y viejo el que tenga
más. Y cuando cumpla sesenta, serán jóvenes los que tengan menos
de sesenta y viejos los que pasen de esa edad. Está claro ¿No?. Lo mismo
ocurriría si manteniendo el hipotético caso de que siguiera perteneciendo a la clase dirigente
me preguntarais por la diferencia
que existe entre opinión y conocimiento: os contestaría que los conocimientos en vosotros no son más que opiniones y que mis opiniones son conocimientos. Conocimiento sería lo que
yo pienso y opinión los que vosotros pensáis. Afortunadamente, pertenezco a la
clase dirigida y detesto la mediocridad intelectual y el talante cavernícola de muchos de los miembros de la clase
dirigente, a los que el bien común y la “felicidad”
de los ciudadanos (que ya eran los únicos
fines del poder según Aristóteles) les da risa
y con la ideología cutre y ramplona “neocon” quieren acabar con todas las ilusiones
de la gente.