Día de las Enfermedades raras (y de los medicamentos huerfanos)
Queda
un trabajo por hacer que consiste en saber la probabilidad que tiene un humano al nacer de padecer una enfermedad. Se
sabe que la probabilidad de ser síndrome de down es de una por cada 700 nacimientos; de ser autista, quince de
cada 10.000 nacimientos; de tener el síndrome de Cornelia Lange, una de cada
10.000; un síndrome de Turner una de cada 2500 y así hasta 5000 enfermedades y/o síndromes,
si a esto sumamos la probabilidad de
padecer alguna enfermedad crónica
sobrevenida o de sufrir un accidente que nos incapacite, comprobaremos que lo
raro es estar en perfecto estado.
No existe un acuerdo unánime acerca de
los que es una enfermedad rara. Según las leyes americanas, una enfermedad es
rara cuando afecta a menos de 200.000 personas en Estados Unidos, lo que supone
un caso por cada 1.200 personas. Otros países e instituciones han adoptado
definiciones más limitativas, en Europa, siguiendo la normativa de la OMS se considera una
enfermedad rara la que afecta a cinco o menos personas por cada diez mil
(5:10.000) y en Japón (4:10.000).
Muchas enfermedades son raras en un
área geográfica o en una población, pero no en otras, como consecuencia de
factores genéticos, de condiciones ambientales, de la difusión de agentes
patógenos o del estilo de vida.
Según la OMS hay aproximadamente unas
5.000 enfermedades raras, de las que unas 4.000 son enfermedades causadas por
una anomalía genética.
En la mayoría de las enfermedades
raras se desconocen datos precisos sobre su frecuencia real, debido a la
práctica inexistencia de sistemas de notificación de casos, tanto a niveles
nacionales como internacionales. Todo esto supone, sin ninguna duda, un
obstáculo para la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las
enfermedades raras. Por ello, el único modo posible de mejorar el conocimiento
en este campo es que se incentive la investigación.
Otro de los grandes problemas de las
enfermedades raras es la dificultad de encontrar un tratamiento adecuado y
fármacos eficaces para la mayoría de estas enfermedades. El coste de desarrollo
de un medicamento en estos momentos se sitúa entre los 250 y los 500 millones
de dólares, y el período medio de desarrollo de un medicamento se estima entre
10 y 14 años. Cuando por el fin el medicamento ve la luz en el mercado
farmacéutico, el laboratorio fabricante aspira “legítimamente” a recuperar la
inversión y a obtener beneficios; en pocas palabras, tiene que vender mucho y
durante mucho tiempo. Es obvio que esto choca con el propio concepto de un
medicamento útil para curar una enfermedad rara.
Las asociaciones de los afectados
pretenden que el Estado, a través de sus
Instituciones, destine recursos económicos para el sector de las enfermedades
raras y medicamentos huérfanos, que sirvan para desarrollar un sistema de
prevención primaria, de diagnóstico precoz, de tratamiento psicológico y
rehabilitación, de asistencia farmacéutica y social, de información y educación
sanitaria, de apoyo a investigación y desarrollo de medicamentos huérfanos e
igualdad de acceso a los mismos en todo el territorio nacional sin discriminación.
Aunque
solo sea por egoísmo ( hoy por ti mañana por mi) deberíamos ir
familiarizándonos con ellas y apoyar las iniciativas para la mejora de vida los
afectados (algún día podemos serlo nosotros).
“Paradójicamente, las enfermedades raras son una de las de las mayores causas de enfermedad y muerte. Individualmente infrecuentes, juntas se cuentan por millares.” (Rosalind Bayley)
“Paradójicamente, las enfermedades raras son una de las de las mayores causas de enfermedad y muerte. Individualmente infrecuentes, juntas se cuentan por millares.” (Rosalind Bayley)