el cazurro ilustrado

18 noviembre 2010

Pararse y no volver a andar.

Galileo Galilei (1564-1642), físico, matemático, filósofo y astrónomo italiano, hizo temblar los pilares sobre los que se asentaba la ciencia en el S XVII. Demostró, en contra de la corriente Aristotélica, que el hielo flotaba en el agua, no porque  fuera su naturaleza  el flotar, tal y como creían los  seguidores  de Aristóteles, sino, simplemente, porque pesaba menos. No conforme  con esto, demostró que no era nuestro planeta  el centro de universo conocido, y que tal protagonismo debía ocuparlo el sol. Fue tal el escándalo que se formó ante tan osada afirmación que las garras de la inquisición le atraparon, acusándole de hereje. En el juicio por herejía, un teólogo le preguntó: -¿Cómo te atreves  a asegurar que el sol se está quieto, sabiendo, como sabes, que en la  Biblia se dice que Josué, estando el sol en movimiento, detuvo su carrera?. Entonces Galileo respondió:- Justamente por eso; porque la Biblia no dice  que el  sol volviese a andar. Y es que  donde las  dan, las  toman.