el cazurro ilustrado

10 abril 2010

La esperanza de bien.


La esperanza de bien es la que sustenta (como una columna) la salud y la vida humana y gobierna el mundo; la que hace todas las cosas de este mundo. Ninguna cosa mueve al hombre sino la esperanza de bien. Todas las acciones y obras exteriores e interiores las hace la esperanza de bien. Ésta da salud, como la quita su contraria. Con ésta vive el hombre y sin ella no quiere la vida. Ésta da alegría, contento, fuerzas y alimento para cualquier trabajo. Ésta es el báculo de la vejez. Ésta quita las fuerzas al grande enemigo del género humano: enojo, pesar y a todos los demás contrarios de la vida del hombre, que no hacen tanto efecto, aguándose aquel mal con el bien que espera; hace lo dificultoso fácil, alivia todo trabajo. Ésta edificó ciudades. Plantó árboles. Rompió montes. Dejó mejor camino a los ríos. Hizo las batallas. Fabricó naos. Mostró andar y navegar sobre el agua. Rompe las entrañas de la tierra, buscando oro y plata. Ésta sustenta las vidas ásperas. Ésta, muertes y martirios, los hace fáciles y alegres. Ésta fundó las leyes; escribió las ciencias y doctrinas. Ésta se les ha de dar y no quitar a los hombres en las leyes, especial a los que mantienen y sustentan el mundo, como labradores y pastores, porque con la esperanza de bien pasan sus grandes trabajos. Ésta mueve mi torpe y humilde lengua. Ésta hace obrar las virtudes y buenas obras, como su contraria causa las malas y hace salteadores de caminos. Toma este aviso: guárdate de aquel que no tiene esperanza de bien.
Esto escribió Oliva Sabuco, que nació en Alcaraz (Albacete) el 2 de diciembre de 1562 y murió en fecha desconocida posterior a 1629. Lo hizo en 1587, en un tratado con el título: "Nueva Filosofía de la naturaleza del hombre, no conocida ni alcanzada de los grandes filósofos antiguos, la cual mejora la vida y salud humana". Estas vacaciones lo he leído y os aseguro que no tiene desperdicio.