el cazurro ilustrado

09 enero 2010

Marcar el territorio.


Muchas especies animales marcan su territorio de distintas maneras y lo defienden “ a capa y espada” de los otros, porque en ello les va la alimentación, la reproducción y la vida misma. Esto supone que la vecindad no está exenta de conflictos. Dos osos pelean en la orilla del río reivindicando para sí aquella parte. El derrotado tendrá que retirarse e ir en busca de un nuevo territorio. También en los humanos se da este comportamiento y son habituales las marcas del territorio a través de fronteras que se defienden con peleas físicas (guerras) y con todo tipo de medidas disuasorias (vallas, aduanas, muros, policía…). Hasta aquí se comprueba una gran similitud entre los comportamientos de los animales territoriales y los humanos. Las diferencias entre las diferentes maneras de defender el territorio entre animales y humanos vienen definidas por los sentimientos expresados a través del lenguaje que predisponen a los miembros de un grupo contra los grupos vecinos, de tal manera que los sentimientos de odio no se dan entre los pueblos alejados en el espacio sino solamente entre los que están próximos.
Como muestra, mirad el epitafio que los portugueses pusieron en la tumba de un obispo castellano, pueblos colindantes y con diversas disputas fronterizas a lo largo de la historia. Dice así: “Aquí yace un Obispo Castellano, que se naturalizó portugués, para poder morir en gracia de Dios”.