el cazurro ilustrado

04 enero 2010

Del perro del vecino.


Un paisano de un pueblo de la montaña iba caminado por una estrecha vereda, cuando de repente le salió al encuentro el perro de un vecino, poco ladrador pero muy mordedor. Se quedó parado, dando muestras de que no quería ningún enfrentamiento, mas el perro hizo caso omiso de su actitud y le enseñó los dientes en clara señal del mordisco que le iba a propinar. Entonces alzó el cayado en el que se apoyaba para caminar y le dio tal somanta de palos que lo mató.
El vecino que estaba muy encariñado con el animal puso una denuncia ante el juzgado. En el juicio, el juez le preguntó que por qué había cometido tan salvaje acto, a lo que éste contestó que lo había hecho para defenderse o en defensa propia que se dice ahora.
El juez replicó que podía haberle dado palos hasta espantarle, sin tener que llegar a matarle. El paisano le respondió que así lo habría hecho si el perro hubiera venido a amenazarle con el rabo y no con los dientes.
Así pues se demuestra que el perro, además de ser fiel y amar sus amos, a veces, tiene gran odio a los desconocidos.

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