el cazurro ilustrado

06 enero 2010

Eficaz terapia.

Un hombre tuvo un ataque de locura bastante singular: se obsesionó con no poder orinar más, por miedo a inundar la ciudad con su meada. Sufría un auténtico martirio, pero se mantenía firme en su propósito y nadie podía hacerle orinar. Su psicólogo, hombre de talento y de alta escuela, discurrió un medio para lograrlo: hizo gritar “fuego, fuego, fuego” a toda la gente del entorno donde vivía el paciente; entonces fue a su encuentro y le dijo: “ ¡ah! Señor, todos los habitantes de la ciudad le suplican que tenga la bondad de orinar, porque si no lo hace todos loa edificios van a ser devorados por las llamas, pues ya se han agotado todos los depósitos de agua y los bomberos no dan abasto. Conmovido por el peligro y la pena de sus vecinos, se bajó la cremallera de la bragueta de los pantalones y echó a correr orinando por las calles, consiguiendo superar su manía.

Etiquetas: