el cazurro ilustrado

18 diciembre 2009

Nieve y heladas.


Dejó dicho Hipócrates en uno de sus aforismos que “el frío es el enemigo de los nervios”. Lo comprobó viendo que las personas con enfermedades nerviosas, los hipocondríacos y las mujeres histéricas, se sentían más incomodadas que el resto de personas en invierno. Sin embargo, también notó que con frío la reflexión es más profunda, la atención más sostenida, el estado anímico más alegre y dispuesto y las pasiones más fuertes.
Algunos de sus seguidores afirmaron que en los países con clima frío las personas eran de estatura más elevada, muy robustos, pacientes y valerosos y que no experimentan más que la influencia tónica del frío.
A pesar del “cambio climático” recuperamos estos días algunas de las características típicas y tópicas de nuestro clima: la nieve, el frío y las heladas que nos congelan hasta la mirada. Si hacemos caso a la información precedente, podemos esbozar un autodiagnóstico. Aquellos a los que las condiciones climáticas les hagan sentir mal, aplíquense el aforismo hipocrático. Los que, por el contrario, hayan mejorado sus sensaciones, podrán considerarse como auténticos montañeses, que haciendo de la necesidad virtud, aseguraron que “buena es la nieve que a su tiempo viene” y que “con vino y tocino, no pasa frío ningún vecino.”