el cazurro ilustrado

25 enero 2009

El fatalismo y la economía.


Si admitimos que “lo peor está por venir” sobretodo en los asuntos económicos, tal y como parecen admitir tanto el gobierno como la oposición, no nos queda otro remedio que acusar a ambos de fatalistas, entendiendo el fatalismo como la defensa de que todo lo que acontece, ocurre inevitablemente. Se razona de la siguiente manera: Si es verdad hoy que mañana la economía va a ir mal, entonces necesariamente la economía va a ir mal mañana; si es falso hoy que mañana la economía vaya a ir mal, entonces es necesario que la economía mañana vaya bien; es decir, es imposible que la economía vaya mal mañana. Puesto que se supone que hoy es verdadera solamente una de las dos alternativas, lo que ocurra mañana en la economía con respecto a que vaya bien o vaya mal, es algo que ocurrirá inevitablemente. Dado que este argumento puede aplicarse a cualquier acontecimiento, conducta o suceso futuro, los fatalistas infieren que todo lo que sucede o todo lo que alguien hace, ocurre o lo hace necesariamente y todo lo que no ocurre o no lo hace, es imposible que ocurriera o lo hiciera. Así pues, como entienden que la acción humana en la marcha de la economía o bien es inútil o bien es imposible (dado que todo está predestinado), se quedan mirando a ver que es lo que ocurre, porque algo ocurrirá y, como buenos fatalistas, darán por sentado que lo que ocurra es lo que tenía que ocurrir, sin dar ningún valor a las acciones humanas

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