el cazurro ilustrado

26 diciembre 2008

Preguntas que pierden sentido si no duele el alma al formularlas.


Suele ser verdad que pierden sentido las preguntas cuando no duele el alma al formularlas, pero probablemente, las respuestas ante tales cuestiones siguen teniendo valor aún a pesar de no provocar angustia su expresión.
Preguntado Tales de Mileto sobre qué cosa era más difícil, respondió: “El conocerse a sí mismo”. Y también, qué cosa es fácil, dijo: “Dar consejo a otros”. ¿Qué cosa es suavísima?: “Conseguir lo que se desea”. ¿Cómo sufrirá uno más fácilmente los infortunios?: «Viendo a sus enemigos peor tratados de la fortuna». ¿Cómo viviremos mejor y más santamente?: “No cometiendo lo que reprendemos en otros”. ¿Quién es feliz?: “El sano de cuerpo, abundante en riquezas y dotado de entendimiento”
Preguntado Solón por qué no había puesto ley contra los parricidas, respondió:
“Porque no espero que los haya”. ¿De qué forma no harán los hombres injusticias?: “Aborreciéndolas los que no las padecen igualmente que los que las padecen”.
Preguntado Quilón en qué se diferencia el sabio del ignorante, respondió: “En las buenas esperanzas”. ¿Qué cosa era dificultosa?, respondió: “Guardar el secreto, emplear bien el ocio y sufrir injurias”.
Preguntado Pitaco sobre qué es lo mejor, respondió: “Ejecutar bien lo que se emprende” .A unos que preguntaban qué cosa fuese muy grata, respondió: “El tiempo”. ¿Qué cosa incógnita? : “Lo venidero”. ¿Qué cosa fiel?: “La tierra”. ¿Qué cosa infiel?: “El mar”.
Preguntado Biante qué cosa es difícil, respondió: “Sufrir constantemente la decadencia del propio estado”. Preguntando qué cosa es dulce a los hombres, respondió: “La esperanza”.
Preguntado Anacarsis de qué forma se haría uno abstemio o aguado, respondió:
“Mirando los torpes gestos de los borrachos”. A uno que le preguntó qué naves eran más seguras, le respondió: “Las que están en el puerto” Preguntándole uno si eran más los vivos que los muertos, respondió: “¿En qué clase de esas dos pones los navegantes?”. Preguntado qué cosa era buena y mala en los hombres, respondió: “La lengua”.
Preguntado Sócrates qué cosa es virtud en un joven, respondió: “El que no se exceda en nada”. Preguntado si era mejor casarse o no casarse, respondió: “Cualquiera de las dos cosas que hagas te arrepentirás”
Preguntándole Lisias por qué no le convenía la defensa que de él hacía, supuesto que era buena, respondió: “¿Pues no puede haber vestidos y calzares ricos, y a mí no venirme bien?”
Preguntado Aristipo qué era lo que había sacado de la Filosofía, respondió:
El poder conversar con todos sin miedo”.
Así lo cuenta Diogenes Laercio en "Vida de los filósofos ilustres".