¿ A donde vas?.

Se encaminaba un leonés de la montaña a lomos de su burra hacia la feria del Pilar en Boñar, donde tenía la intención de venderla y con el dinero que sacara, adquirir un burro y unas madreñas. Iba ensimismado, pensando en los veinte mil argumentos que daría a los tratantes para hacer una buena venta y en los otros diez mil que esgrimiría para que el asno que compara le saliera bueno, bonito y barato. Se dio cuenta de la presencia del desconocido por el espanto del animal, que a punto estuvo de tirarlo al suelo. Antes de que pudiera decir nada, ya estaba siendo interrogado: “¿A donde vas?”. “A Boñar”. “Irás a Boñar si Dios quiere”. “Quiera o no quiera Dios, iré a Boñar, que es la feria”. No notó el montañés que había estado hablando con el mismísimo Dios hasta que se vio nadando en el río Curueño, convertido en nutria, como castigo divino a su tozudez.
Unos años más tarde, ya harto de aquella vida, se volvió a encontrar con Dios; esta vez si que le reconoció, así que cuando le preguntó; “¿A donde vas?”, rápidamente contestó: “A Boñar….o al río”. Y es que el montañés mantiene sus objetivos a pesar de las contingencias adversas, aunque sean divinas, convirtiendo la tozudez en tenacidad (o viceversa).