¡Prudente 2008!
Aquellos a los que este año que termina les trajo infortunios, desgracias, desastres, desventuras, calamidades, desdichas, fatalidades, percances, contratiempos, reveses o tropiezos y se preguntaron un montón de veces “¿cuándo acabará este año?” en breve verán cumplido su deseo. Los que encontraron a lo largo del año comodidad, dicha, fortuna, riqueza, abundancia, felicidad, placer, tranquilidad o satisfacción guardan para sí el deseo de que el año que entra sea, al menos, igual al que termina.
Pero la vida, tanto de unos como de los otros, está sujeta a tan diversas contingencias que es mejor no regodearnos con los bienes actuales ni maldecir las desgracias presentes ya que el porvenir de cada uno es variado e incierto y las contingencias mudan con el tiempo.
Temer extremados pesares o anticipar absoluta prosperidad sin contratiempos es ignorar que lo característico de la vida humana es la continua alternativa de bienes y males, de salud y enfermedad, de éxito y fracaso.... La eventualidad de estas contingencias podrían parecer una calamidad, en cuanto que se escapan de lo previsible. La solución esta en la racionalidad, en lo que buenamente pueda hacerse para controlar el azar, pues siempre existe una puerta abierta a la acción humana.
En este final y principio de año el mundo y la vida se nos ofrecen como un fondo de indeterminación y por tanto, abierto a la razonable, razonada y prudente acción humana.
Así pues os deseo un prudente y razonado 2008.
Pero la vida, tanto de unos como de los otros, está sujeta a tan diversas contingencias que es mejor no regodearnos con los bienes actuales ni maldecir las desgracias presentes ya que el porvenir de cada uno es variado e incierto y las contingencias mudan con el tiempo.
Temer extremados pesares o anticipar absoluta prosperidad sin contratiempos es ignorar que lo característico de la vida humana es la continua alternativa de bienes y males, de salud y enfermedad, de éxito y fracaso.... La eventualidad de estas contingencias podrían parecer una calamidad, en cuanto que se escapan de lo previsible. La solución esta en la racionalidad, en lo que buenamente pueda hacerse para controlar el azar, pues siempre existe una puerta abierta a la acción humana.
En este final y principio de año el mundo y la vida se nos ofrecen como un fondo de indeterminación y por tanto, abierto a la razonable, razonada y prudente acción humana.
Así pues os deseo un prudente y razonado 2008.
Etiquetas: prudencia.