Aprendiendo sobre salud "mental".
Denominar “ enfermedades mentales” a las conductas “inaceptables” o las conductas que se desvían de lo que la mayoría cree que debe ser o de lo que la sociedad espera, en vez de aclarar, confunde a la hora de ayudar a la gente con problemas. La “enfermedad mental” nos distrae de los problemas reales a los que debemos enfrentarnos. En vez de estar causados por “desequilibrios químicos” u otros trastornos biológicos, el desvío de las normas y las reacciones emocionales son el resultado de las dificultades que la gente tiene para satisfacer sus necesidades; tales conductas son el resultado de lo que esta gente ha aprendido en sus vidas. La solución es enseñarles cómo satisfacer sus necesidades, cómo comportarse y cómo enfrentarse y/o resolver sus problemas. Éste es un trabajo educativo, no médico.
Si una "enfermedad mental" tiene una causa orgánica, no hay duda de que el médico es la persona indicada para diagnosticarla y para tratarla. Pero en este caso, dicha enfermedad no tiene nada de "mental". Un tumor cerebral o una epilepsia no son más "mentales" que una flebitis o una úlcera de estómago por el simple hecho de localizarse en el cerebro.
Si no existen otras pruebas de la metafórica "enfermedad mental" más que la conducta del sujeto; si no se pueden identificar lesiones orgánicas, infecciones, virus, síntesis defectuosas de las aminas cerebrales, etc., para explicar un tipo de conducta anormal y sólo se puede observar dicho tipo de conducta, ¿dónde está, en tal caso, la enfermedad?: "Enfermedad" no es otra cosa que la conducta anormal observada. Lo que existe es una conducta que podemos observar y cuantificar, y el hecho de que sea anormal (con respecto a una norma, claro está) no justifica en absoluto la utilización del modelo médico.
Como ya señalaba Eysenck los trastornos del comportamiento se adaptan mejor a un modelo educativo, según el cual, para solucionarlos se requiere (re)educación, que a un modelo médico, que supone la aplicación de un tratamiento farmacológico. (R. Bayés). “Para entender las acciones de los hombres es más útil mirar su ambiente social que observar su sistema nervioso”. Ardila