el cazurro ilustrado

20 diciembre 2005

Algunas de las "dos Españas".


El sorteo de la lotería de navidad actualiza cada año algunas de las dos Españas que existen, desde que el Ministro de Hacienda de Carlos III, Marqués de Esquilache, instituyera en 1763 el sorteo.
Decía entonces que había dos tipos de españoles: Los que creen en Dios y los que creen en la lotería.
Se Introdujo así el Calvinismo, ya que la lotería confía al azar del bombo el derecho a recibir parte importante de una riqueza – como el calvinista confiaba en el «azar» de una «voluntad divina» rara, extravagante, caótica y con loca razón – . La lotería puede considerarse como una práctica irracional o como una «regulación racional de la sinrazón»; pues la «igualdad de oportunidades» de los jugadores –por lo demás utópica– está calculada precisamente en función de la «desigualdad de los premios».
Cuando no nos toca nos invade un sentimiento de desolación. (¿Por qué no he sido elegido?). Mientras que cuando toca, se preguntan: ¿qué es lo que tengo que hacer ahora para hacerme merecedor de lo que me ocurre? Ambas reacciones son absolutamente normales, pero totalmente inútiles. En definitiva, la única actitud racional es sentarse cómodamente en la silla de la vida y aceptar la idea del azar como tal. Unas veces con ironía y otras en el sentido más literal, debemos utilizar el consuelo de¡Qué haya suerte la próxima vez! y esperar que alguna vez, cuando nos sentemos en el pajar, se nos clave la aguja.