el cazurro ilustrado

21 octubre 2005

L@s Montañes@s del Curueño


Desde tiempos que la memoria no alcanza a recordar y ni el entendimiento a descifrar viven de sus tierras, en sus casas y de sus haciendas; no tienen gastos extravagantes, sus mujeres no tienen celos, ni ellos sospechas de ellas, no los alteran las alcahuetas, no los visitan las enamoradas, sino que crían sus hijas, adoctrinan a sus hijos y son padres de todos.
Viven contentos; porque viven más quietos y menos importunados, viven en provecho suyo y no en daño de otro, viven como es obligado y no como es inclinado, viven conforme a razón y no según opinión, viven con lo que ganan y no con lo que roban, viven como quien teme morir y no como quien espera siempre vivir. No hay ventanas que sojuzguen su casa, no hay gente que les dé codazos, no hay coches que les atropellen, no hay justicias que les atemoricen, no hay señores que les precedan, no hay ruidos que les espanten, no hay alguaciles que les desarmen, y lo que es mejor de todo, que no hay truhanes que les cohechen ni aun damas que les pelen.