Rasgos distintivos de la semana santa.
La semana santa tiene, al menos aquí en León, unos rasgos distintivos que se convierten en estímulos discriminativos para unos comportamientos que ya no aparecerán hasta la próxima semana santa, o de aparecer serán tenidos por extemporaneos e incluso algunos de ellos por ilegales. Así el simple juego de las chapas en el que se lanzan dos monedas al aire y hay que apostar a caras o a cruces, simulando cómo se repartieron los soldados romanos la capa de Cristo; o las procesiones con los pasos representado diferentes escenas de la pasión, portados por braceros, acompañados de los papones; o las torrijas, típico dulce de estas fechas; hasta las televisiones, tanto públicas como privadas, incluyen este tipo de estímulos: no hubo cadena que no emitiera alguna superproducción como “Espartaco”, “Los 10 Mandamientos”, “La historia más grande jamás contada”, “Ben-Hur” “Quo vadis” o, ya para terminar, la limonada que sirven en todos los bares y que por cada una que se toma simboliza un judío que se mata, de los que condenaron a Cristo…. Toda esta estimulación nos indica el tipo de comportamiento a mostrar para obtener las oportunas consecuencias. Estuve viendo “ Los diez mandamientos”, dirigida por Cecil B. DeMille, con Charlton Heston, Yul Brynner, Anne Baxter, John Derek, Edgard G, Robinson, Ivonne De Carlo, Nina Foch, Cedric Hardwicke, Vicent, Debra Paget y John Carradine en los papeles principales, que ganó un Oscar a los mejores efectos especiales y obtuvo otras seis nominaciones; después de admirar los efectos especiales, los cien mil extras para mejor ambientar las escenas, le pregunté a mi suegro sobre las escenas que estaba viendo y me dijo: “ cuánta han tenido que comer esas mulas para tirar de los carros como tiran” . Y es que cada uno da significación a los estímulos, como le viene en gana.