Nunca es rico quien se juzga en la miseria.
”Aunque la abundancia de colmado cuerno repartiera
sin retirar su mano todos los bienes imaginables, numerosos como las arenas que
remueve el océano agitado o como las estrellas que ostenta una noche serena, no
por eso cesarían los mortales en sus quejas y lamentos. Podrán los dioses
escuchar cuantos votos se les dirijan, prodigar sin límites el oro y la
riqueza, llenar al ambicioso de honores deslumbrantes: lo ya conseguido en nada
se estima; la codicia brutal devora su presa y abre sus fauces en demanda de
nuevas cosas. ¿Qué frenos podrían contener dentro de justos límites a la
avaricia desbocada, si aun la abundancia de generosos presentes enardece
todavía más la sed de poseer? Nunca es rico quien con lamentos y clamores se
juzga en la miseria”.
Boecio: “de la consolación de la filosofía”(480-525)
En la foto Pepe y Enrique con piel y esqueleto de raposo.