Persuadir a los que no se dejan mandar.
“La elocuencia nació en las Repúblicas, porque allí
fue necesario persuadir a unos hombres que no se dejaban mandar: allí se conservó
siempre estimada, porque en aquella forma de gobierno era el camino de las
dignidades y de las riquezas. Este fue el móvil para que en aquellos estados
populares se honrase, no solo la elocuencia, sino todas las demás profesiones propias
para formar oradores, como la política, la jurisprudencia, la moral, la poética,
y la filosofía”.
Antonio
de Capmany. “Filosofía de la elocuencia.” 1777
En la foto mi tío César y Emilio.