el cazurro ilustrado

24 septiembre 2010

Las once mil vírgenes pintadas.


Hace ya  un tiempo que os conté la estrecha relación que  mantuvo el tío Juanín con las once mil vírgenes y cómo recitaba sus nombres  de memoria: Úrsula, Sencia, Gregoria, Pinnosa, Martha, Saula, Brítula, Saturnina, Rabacia, Saturia, Paladia, Cordola, Cunegonda, Cunera,  Odialia….. antes de acostarse y rezaba a  cada una la correspondiente jaculatoria. Un día se encontró con un pintor de santos y quiso que le pintase un cuadro con las once mil vírgenes. Ajustaron el precio,  acordando que el tío Juanín le daría un duro por cada virgen que representara. El pintor, para ganar los once mil duros y salir  con éxito de la complicada tarea a la que se había comprometido,  decidió pintar una iglesia  de la que iban saliendo las santas. Pintó unas cuantas en  primer plano, otras pocas detrás, otras más  atrás,  y algunas cabezas de las santas  asomando a la puerta de la iglesia. Cuando terminó la obra se la llevó a Juanín y éste le preguntó que cuánto le debía. La respuesta era obvia: once mil duros, tal y como habían estipulado. Contó Juanín las vírgenes, comprobando que no había más de  veinticuatro, incluyendo a las que  no se les veía más que un poco de la cabeza. Le pagó los  veinticuatro duros. El pintor  argumentó que las otras vírgenes estaban dentro de la iglesia. –Pues bien –dijo Juanín- toma este dinero, que el resto te lo iré pagando  a medida que vayan saliendo por la puerta.