¿Censura?.
En alguna de las oscuras épocas pasadas de nuestra historia, en las que ya era costumbre denegar derechos y vetar libertades, fueron prohibidas por la censura eclesiástica la obra de Voltaire, titulada “La doncella”, un poema épico burlesco en el que se reía del mito más arraigado en la Francia de su época, Juana de Arco, y la de Helvecio, “El talento” en la que el autor mantenía que el talento no es más que un conjunto de ideas nuevas que carecen de la extensión e importancia necesarias para merecer el nombre de genio. Se comunicó la decisión a las autoridades de todos los pueblos para que recogiesen y neutralizasen todos los ejemplares que en ellos fuesen hallados. Como consecuencia, el alcalde de un pueblo de esta montaña contestó: “Conforme a la orden recibida, he practicado el más escrupuloso reconocimiento, y no he encontrado en todo el pueblo ni doncellas, ni talentos.” Y es que en ser diligentes, cumplidores y obedientes con la normativa, no gana nadie a las autoridades de la montaña.