Día mundial de la Salud mental.

Alonso Quijano gozaba de buena salud mental hasta que le dio por leer libros de caballerías, con tanta afición y gusto, que se olvidó casi de todo lo que de verdad tenía que hacer. Cuenta Cervantes que en alguno de esos libros podía leerse: “La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura”; Añade que se “enfrascó tanto en su lectura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio; y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó el cerebro, de manera que vino a perder el juicio”.

Hoy se celebra el día mundial de la salud mental y los Alonso, García, González, Rodríguez, López, Martínez, Pérez, Gómez.... ya no leen libros de caballerías en un intento por proteger su salud mental, por el contrario cada día leen o escuchan noticias que dicen: “Según la Organización Mundial de la Salud, en el año 2020 la depresión será la primera causa de discapacidad en todo el mundo, solamente superada por las enfermedades cardiovasculares”; o “Entre el 50 y el 60% de las ausencias al trabajo que se producen durante el año están ocasionadas por situaciones de estrés, según ha informado la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (EU-OSHA)” o “alrededor de 12.000 los niños de Castilla y León que sufren el trastorno, entre el 5% y el 7% de la población infantil en general, con una proporción de cuatro niños por cada niña” o aparecen titulares sobre el trastorno por estrés postraumático, el síndrome posvacacional, la infelicidad, la soledad y un sin fin requiebros a la salud mental de la gente corriente. No corremos el riesgo de convertirnos en caballeros andantes, pero si el de trastornarnos y confundir las dificultades cotidianas en enfermedades mentales. Para paliar algo estos desarreglos, desquicies y/o trastornos no está demás leer o escuchar que la mayoría de las personas gozamos de la posibilidad de decidir sobre nuestra propia salud “ mental”, porque, al fin y al cabo un enfermo es sólo aquel que permite que le den la baja por enfermedad, o como dijo Gracián: “Muchas cosas que eran algo, dejándolas, fueron nada; y otras que eran nada, por haber hecho caso de ellas, fueron mucho.”