La España de los sastres.

Durante la transición de la dictadura a la democracia en España, llamábamos sastre a Rodolfo Martín Villa, porque cuando fué ministro del Interior, ante la ola de atentados de ETA, decía en las ruedas de prensa que ya estaba tomando “medidas” para atajar el problema.
Hoy vuelven los políticos a convertirse en sastres, modistos o costureros, pues prometen tomar múltiples y diversas medidas para hacer un traje ajustado a la talla de cada uno de los españoles si ganan las elecciones. Medidas de apoyo social a las familias y a las mujeres; medidas para la generalización de la educación infantil; medidas para la rebaja fiscal; medidas de apoyo a la natalidad; medidas para la adquisición y alquiler de viviendas y contramedidas para la rebaja de la edad penal de los menores; contramedidas para equiparación del sueldo de las mujeres con el de los hombres que realicen una misma función laboral; contramedidas para que los inmigrantes, además de respetar las costumbres de este país, se comprometan a aprender la lengua española, a pagar impuestos, a hacer un esfuerzo por integrarse en la sociedad española y a regresar a su país si durante un tiempo no encuentran empleo; contramedidas para la atención bucodental gratuita y contramedidas para reducir las listas de espera en los hospitales. No solo se toman medidas y contramedidas, se hilvanan y sobrehilan frases en discursos; se pespuntean párrafos; se zurcen oraciones compuestas, coordinadas, subordinadas y yuxtapuestas; se remiendan argumentos; se confeccionan alegatos y se bordan mentiras piadosas, a sabiendas de que siempre habrá un roto para un descosido yde que en “coser y hacer albardas, todo es dar puntadas”.