Encuestas, augurios y futuro.

Hasta que comenzaron a usarse las encuestas, los oráculos, los augures y los adivinos, a través del vuelo de las aves, del escarbar de las gallinas en el muladar, de los astros, de los espíritus, de las entrañas de los animales muertos o por medio de los sueños intentaron predecir el futuro incierto, ya que la malsana curiosidad de la humana naturaleza, como si no tuviera bastante con digerir el presente, intenta ocuparse de las cosas por venir. Pero tanto las encuestas como los augurios, salvo que hablen de cosas muy generales o que digan una cosa y su contraria, raras veces aciertan. Sin embargo, unas y otros proliferan en periodos de incertidumbre como el presente en el que el cambio climático, la subida de tipos, la bajada de la bolsa, el aumento del paro y los resultados de las próximas elecciones tienen en vilo a muchos ciudadanos. Como bien notó Horacio “Los dioses dejan por prudencia en la oscuridad más tenebrosa los acontecimientos venideros y se ríen del mortal que lleva sus inquietudes más lejos de lo que debe... Sólo quien es dueño de sí mismo, es feliz; sólo es dichoso, quien puede decir cada día: he vivido .Que mañana Júpiter empañe la atmósfera con tristes nubes o nos conceda un día sereno”. HORACIO, Odas, III, 29.