el cazurro ilustrado

16 enero 2008

"Zurcidores de cuerpos" o "cirujanos plásticos".

El descontento que mucha gente tiene con su cuerpo lleva a que se practiquen al año trescientas cincuenta mil operaciones de cirugía estética en nuestro país, algunas con nefastos resultados; así, una joven murió ayer tras someterse a una reducción de estómago en Barcelona y nefastas noticias similares saltan de vez en cuando a los titulares de los medios de comunicación.
Pero la preocupación por la apariencia y la remodelación de los cuerpos ha sido una constante en nuestra historia. Según nos cuenta Quevedo, la madre del Buscón tenía fama de reedificar doncellas, resucitar cabellos encubriendo canas y empreñar piernas con pantorrillas postizas. Llegaba a tanto su pericia que cubría las calvas con cabelleras, poblaba quijadas con dientes, adornaba a los hombres y remendaba sus cuerpos. La diferencia está en que a ella la llamaban, unos zurcidora de cuerpos, otros algebrista de voluntades desconcertadas, otros juntona o tejedora de carnes y ahora, a quienes dominan tales artes les denominamos, sencillamente, cirujanos plásticos.