Diagnóstico de la lepra
Estudió en la
Universidad de Alcalá, donde se graduó de bachiller de medicina el año 1552.
Ejerció la profesión en Sevilla hasta finales de 1570, fecha en la que se
trasladó a Madrid como cirujano de la Casa Real. Allí permaneció el resto de su
vida, primero al servicio de la reina Ana y, más tarde, al de Felipe II.
Asi aconsejaba que se hiciera el diagnóstico de la
lepra.
"Declaración acerca de algún leproso.
El cirujano tomará juramento al
enfermo que dirá verdad de lo que fuere preguntado: procurará consolarlo con palabras
blandas y amorosas: se informará de su régimen y dieta, si ha tenido almorranas
, bubas o empeines en la cara, o cualquiera otra enfermedad. Hará una sangría
ancha del brazo; y examinará si el color de la sangre es de tierra o de plomo,
si huele mal, si es viscosa o untuosa, si arenosa y áspera; y si lavada la
sangre con agua, colada por un paño delgado, y estregándola, se hallaren en lo
hondo granos como de tierra, carnosos y ñudosos, pues que esto es grande señal
de lepra. Se mirará la cabeza y el rostro; si hay granos e hinchazones duras y
redondas por toda la cara; Si su color es denegrido, y si está untuosa.
Considérese la caída de los pelos si hacen eras, y si en lugar de los caidos
salen otros mas cortos y ralos. Se observará
si la frente está arrugada como de leon; si los ojos están redondos y el
aspecto fijo y sin moverse. Considérense los párpados si están hinchados; si se
caen los pelos de las cejas; si lo blanco del ojo está oscuro, y si están
húmedos. Mírense las orejas, si están contrahechas y redondas por haberse
consumido la parte carnosa. Si las narices están por de fuera como abiertas e hinchada.
Inspecciónese la lengua, y véase si está denegrida, hinchada, y si debajo de
ella están las venas dilatadas. Si están los labios alzados, gruesos , duros ,
hundidos y denegridos o cárdenos. Si las encías están gastadas, sucias y
ásperas y con mal olor. Si tiene el enfermo ronquera, la voz oscura, como
quebrada, o que habla por las narices. Si tiene consumidos los músculos de las
manos, especialmente entre el dedo pulgar y el indicador. Si en el cuero del
cuerpo hay albarazos, desigualdades y aspereza migranujada; si hay herpes,
sarna ulcerosa o como escamas, de donde sale salvado. Si hay dolor punzante en
todo el cuero o adormecimiento.Si los sueños son espantosos, que parece que ven
los pacientes a los demonios, culebras, cuevas, Sepulturas y cuerpos muertos.Si
tienen desordenado apetito del coito. Si hay flaqueza en el pulso.Si la orina es
turbada y gruesa como de jumento.Por último, si hay constipacion de vientre, y
regueldos a menudo, se podrá concluir que cualesquiera que tuviere estas señales
6 las mas de ellas, padecerá de elefancia o lepra.”