el cazurro ilustrado

13 julio 2007

macrobios, centenarios y longevos.


Se transmite la idea de que estamos alcanzando elevadas tasas de longevidad (83 años las mujeres y 79 años los hombres) y que hasta ahora nunca se había conseguido una media de vida tan larga, pero existe en la montaña un dicho que, de ser cierto, desbanca tal dato. Se decía que una sebe duraba tres años, un perro tres sebes, un burro tres perros y un paisano tres burros, lo que da una media de vida a los paisanos de 81 años.
Si nos fiamos de Herodoto, los persas alcanzaban una media de vida de 80 años y los etíopes macrobios llegaban a los 120 años, no faltando algunos que llegaban a más edad; su alimento era la carne cocida y la leche fresca su bebida ordinaria. Dice de los egipcios que eran los hombres más sanos que había visto y lo atribuía a que se purgaban todos los meses del año tres días consecutivos, procurando vivir sanos a fuerza de vomitivos y lavativas, persuadidos de que de la comida nacen en el hombre todos los achaques y enfermedades.
De los antiguos, Aristóteles dicen que murió a los 63 años de edad. Platón dicen que murió a los 81. Plinio, en su Historia Natural, cuenta las largas vidas de Livia de Rutilio, que vivió 97 años; de Statilia, que vivió 99; de Metello, y de Perpenna, que vivieron 98; de Marco Valerio Corvino, que llegó a 100 años, de Clodia, que vivió 115 años y del Historiador Ctesibio, que llegó a 124.
Feijoó da cuenta de un labrador gallego que vivió 146 años alimentándose de pan de maíz, berzas cocidas, tal vez alguna sardina o almeja, purés de leche y harina de maíz, carne de vaca algún día festivo, bebía vino rara vez, porque no tenía medios para conseguirlo y hasta el fin de sus días siempre se manejó con firme agilidad y tanta entereza en el juicio como si tuviera cuarenta años.
Otros muchísimos ejemplos podemos encontrar de personas que pasaron de los cien, mucho antes de que las ciencias médicas se dedicaran a recomendar las mil recetas para llegar a viejos. Así, recomiendan vitaminas, minerales, zumos de uva, arándano azul, té, aceita de oliva, de pescado, de soja, chocolate, ejercicio, meditación...... hasta el tabaco es bueno para prevenir la enfermedad de Parkinson. Parece como si todo viniera bien para alargar la vida o, dicho de otra manera, todo le vino bien al que vivió muchos años.