DIOS AYUDA A LOS
MALOS, CUANDO SON MÁS QUE LOS BUENOS.
Se atribuye a
Churchill la reflexión de que nadie inicia
una guerra si no cree que va a ganarla o, dicho de otro modo, nadie
piensa perder la guerra que va a
comenzar. Pero en ese cálculo de
probabilidades de victoria, existe una lección
aprendida por los españoles, que a lo largo
de nuestra historia hemos andado metidos en mil guerras y batallas. Dice así: “Vinieron los
sarracenos y nos molieron a palos, porque Dios ayuda a los malos,
cuando son más que los buenos”.