GATOS, GATOS Y GATOS.
A propósito de los gatos, alguien transmitió la
idea de que todo el mundo debería tener un perro para sentirse adorado y un gato para sentirse despreciado. Churchill aseguró que los perros nos ven como dioses, los
caballos como a sus iguales pero los gatos nos miran como si fuéramos sus
súbditos. Cuenta Heródoto que en el antiguo Egipto, cuando fallecía
algún gato de muerte natural, la gente de la casa se rapaba las cejas a navaja. Los gatos después de
muertos eran llevados a sus casillas
sagradas; y adobados en ellas con sal, van a recibir sepultura en la ciudad de
Bubastis. En Inglaterra, en la época Victoriana, matar a un gato era más castigado que matar a un paisano, ya que, al alimentarse de ratas y ratones eran fundamentales en la lucha contra la
peste. Hoy es su día internacional.