Todos queremos que nos cuenten historias.
“Vagabundeé mentalmente durante
varias semanas, buscando la manera de empezar. Toda vida es inexplicable me
repetía. Por muchos hechos que cuenten; por muchos datos que se muestren, lo
esencial se resiste a ser contado. Decir que fulanito nació aquí y fue allá;
que hizo esto y aquello, que se casó con esta mujer y tuvo estos hijos, que
vivió, que murió, que dejo tras sí estos libros o esta batalla o ese puente,
nada de eso nos dice mucho. Todos queremos que nos cuenten historias, y las
escuchamos del mismo modo que las escuchábamos de niños. Nos imaginamos la
verdadera historia dentro de las palabras y para hacer esto sustituimos a la
persona del relato, fingiendo que podemos entenderle porque nos entendemos a
nosotros mismos. Esto es una superchería. Existimos para nosotros mismos,
quizá, y a veces incluso vislumbramos quiénes somos, pero al final nunca
podemos estar seguros, y mientras nuestras vidas continúan; nos volvemos cada
vez más opacos; más y más conscientes de nuestra propia incoherencia. Nadie
puede cruzar la frontera que lo separa del otro por la sencilla razón de que
nadie puede tener acceso a si mismo. "
Paul Auster : La habitación cerrada. De Trilogía de Nueva York .
En la foto: Maite, Susa, Gelo, Jesús y Paco.
Paul Auster : La habitación cerrada. De Trilogía de Nueva York .
En la foto: Maite, Susa, Gelo, Jesús y Paco.