HASTA SIEMPRE, SILVIA.
Hoy ha muerto Silvia, tenía 31 años, amiga desde la infancia
de mi hija Mª Luisa, sus itinerarios vitales se separaron cuando llegaron a la universidad, pero conservaron su amistad. Intentando consolar a su padre, César, recordé a Herodoto, cuando cuenta el viaje que hizo Solón a Mileto para
ver a Tales. Se sorprendió Solón de que Tales no hubiera pensado en casarse ni en
tener hijos. Tales no dijo nada, pero urdió la trampa de simular que un
griego había llegado con noticias de
Atenas, y que había visto el entierro de un joven; preguntó Solón que de quien
era hijo, le respondió que no había escuchado el nombre pero que decían que era
hijo de un ilustre ateniense que estaba en Mileto. Con cada pregunta que hacía
Solón, iba descubriendo que había sido su hijo el fallecido y comenzó a darse
golpes en la cabeza y a hacer y decir lo que es común en estos tristes casos.
Entonces, cuenta que Tales le detuvo y le dijo riendo: “Ve ahí, oh Solón, lo
que me ha retraído de casarme y tener hijos: esto mismo que tanto te conmueve a
ti y te hace sufrir tanto; pero no te aflijas, que no es cierto."
Critica Herodoto la postura de Tales como una necedad y
pusilanimidad, asegurando que ha habido personas que en la muerte de sus hijos “no
se han afligido inmoderadamente, ni han hecho nada indecoroso, y han continuado
disfrutando con juicio de la vida: porque es la debilidad y no el amor lo que
causa esos extremados pesares y temores en hombres que no están preparados por
la razón contra la fortuna, los cuales no gozan de lo presente que desearon
porque los agita lo futuro con pesares, con recelos y con sustos, por si serán
privados de ello. Conviene, por tanto, no quedarse bien hallado en la pobreza
por el recelo de verse privado de la hacienda, ni en la falta de amigos por la
pérdida de ellos, ni en la vida célibe por la muerte de los hijos, sino
manejarse con juicio en todo.”
Un abrazo para su familia y mi más sentido pésame.