Predicciones y azar.
Cada
vez que veáis a Christine Lagarde o al
ministro de Guindos o a algún miembro de la troika o a cualquier
economista o político hacer previsiones
sobre el futuro, pensad que tienen tanto valor como si leyerais el horóscopo en
la sección de pasatiempos de un periódico. En
un estudio, Philip Tetlock, profesor de psicología
de universidad de Pensilvania invitó a
cerca de trescientos investigadores y expertos a realizar predicciones acerca de asuntos
económicos y políticos, tras recoger 85.000 predicciones en total, Tetlock demostró que los
expertos se equivocaron más que si
simplemente hubieran respondido al azar. Si hubiéramos puesto a un simio a
pulsar botones con las posibles opciones, los monos habrían acertado más que
los expertos que estudian los asuntos y se ganan la vida con sus análisis.
Así pues, parafraseando a Churchill, podemos decir que los políticos y los economistas
son capaces de predecir lo que va a
pasar mañana, el mes próximo y el año
que viene y de explicar después
por qué no ha ocurrido.